Sólo se puede entender la actitud laxa del PPCV con el catalanismo en un proceso de autoliquidación. Si el PPCV renuncia a su electorado valencianista, renuncia a la mayoría absoluta en 2015.
Los sectores valencianistas del PPCV tienen que levantar la voz, al entender que Alberto Fabra, de seguir por este camino de estúpida complacencia para con un electorado que no le votará jamás (electores naturales de la izquierda catalanista), acabará por conseguir que el PP pierda definitivamente la confianza de algunos cientos de miles de valencianos que no admiten injerencias catalanistas, ni en forma de academias lingüísticas, ni de televisiones autonómicas, ni de unidad de lenguas.
Hablando claro: o el sector valencianista del PPCV, en un verdadero ejercicio de responsabilidad y arrojo, da un golpe sobre la mesa y abre un cisma en el seno del partido, o Fabra se cargará el partido y conseguirá que el PP pierda su hegemonía en les Corts Valencianes. No son momentos los actuales para seguir impasibles en posiciones acomodaticias: los tiempos de bonanza económica y electoral se terminaron hace mucho tiempo, y la continuidad de la hegemonía popular en las instituciones valencianas corre grave peligro. El mantenimiento de dicha hegemonía pasa por no perder a un importante sector del electorado del partido, cansado ya de ver guiños al catalanismo y en búsqueda activa de alternativas no dispuestas a ceder ni un ápice a los embates del nacionalismo transoberanista de importación norteña que ejerce con descaro todo el arco político de izquierda.
Algo no va bien en el PPCV cuando Enric Morera, líder de la coalición catalanista Compromís, da la razón a Alberto Fabra en su perfil de Twitter, aportando un enlace a este vídeo:
Ahora, ¿quién le pone el cascabel al gato? Porque, hasta el momento, no se ha oído todavía ninguna voz interna discrepante... tic tac tic tac... El tiempo apremia. 2015 se acerca.
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