Desde Círculo Cívico seguimos a la espera de un pronunciamiento por parte de su Comisión de Señas de Identidad o de alguno de los nueve alcaldes que acogerán en sus municipios en próximas fechas la catalanista "trobada d´escoles en valencià", que de valenciana tiene poco más que el nombre, organizada por la entidad filocatalanista radical e hipersubvencionada Escola Valenciana.
Poco o nada espera ya el valencianismo sociocultural de unos populares valencianos vencidos por la tibieza, los complejos y el miedo a las reacciones de la caverna, salvo que llegue mayo de 2015 para indicarles el camino de salida de las instituciones valencianas. Unas instituciones que, gracias a la irremediablemente estatutaria AVL, se han convertido en manos del PPCV en un agente más del pancatalanismo: desde Les Corts hasta el más pequeño de los ayuntamientos, pasando gravemente por un sistema educativo autonómico en el que los próceres del "nosaltres" i el "gairebé" han sido orgánicamente legitimados para condicionar la formación y la opinión de centenares de miles de estudiantes valencianos.
La cantera de electores de la izquierda atramuntanada valenciana que se ha ido construyendo durante varias décadas se ha hecho mayor de edad, y en 2015 votará. A cualquiera que no lleve una gaviota en su logotipo, por cierto.
Pero el PPCV seguirá, hasta su debacle electoral dentro de un año, trabajando para los que nunca les votarán, y escondiendo la cabeza bajo tierra cada vez que la mayoría de la sociedad civil valenciana, esa que otrora les dio mayorías absolutas, les exige medidas efectivas y concretas contra la injerencia catalanista, más allá de la grandilocuencia demagógica y el efectismo folclorista de la agitación de banderas y el lanzamiento de soflamas emocionales vacías de contenido real.
El tiempo y el margen de confianza se acaban. Las alternativas políticas de todo color y condición ya toman posiciones para comerse la parte del pastel parlamentario autonómico a la que el PPCV no ha sido capaz de hincarle el diente con determinación en veinte años.
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