Ahir nos alçàrem en la notícia publicada en l’ABC, en la secció regional del Regne de Valéncia, del supost interés del Partit Popular en intentar posar un pegat a tot l’entramat pancatalaniste que revoloteja en l’entorn cultural, social i educatiu que vivim els valencians dia a dia.
I creem que fem be en dir-li pegat, puix el contingut de les esmenes afegides al Proyecte de Llei de Senyes d’Identitat del Poble Valencià no és més que una redacció molt ambigua en l’intenció de fer creure a l’electorat valencianiste que en eixa llei tornaran a ser oficials els títuls de llengua valenciana de Lo Rat Penat i de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, títuls que ya foren oficials en 1982 i que l’acció catalanisadora i anexionista de la política ciscariana s’encarregà de derogar, imponent el català en el sistema educatiu valencià per la via dels fets.
En tot eixe recorregut, els mateixos qui, no només mantingueren la política socialista de catalanisació, sino que ademés completaren la faena i introduïren el català per la via del dret creant la AVL en 1998, i ignominiosament blindant-la en la reforma de l’Estatut d’Autonomia de 2006 a canvi de la concessió per part del PSOE de la famosa Clàusula Camps, són els que, una volta més, quan apleguen les eleccions, es tornen a vestir en el fals vestit de la valenciania, prometent una llei que saben que va a ser derogada en l’entrada del Tripartit pancatalaniste en la Generalitat Valenciana, una llei que no oficialisa els títuls d’insignes institucions que, des de fa més de 100 anys, venen vertebrant i construint la Pàtria Valenciana a través de la seua acció cultural en defensa de lo valencià, puix això és lo que fan la RACV i Lo Rat Penat.
El Molt Magnífich Senyor President de la Generalitat Valenciana sap perfectament que si tinguera intencionalitat política, els títuls de llengua valenciana en Normes d’El Puig estarien oficialisats demà en l’adopció d’un Decret del Consell que arreplegara tal oficialisació. És més, sap també que si el seu partit no haguera utilisat als valencians com a moneda de canvi per a facilitar la governabilitat del sr. Aznar, ara no estaríem patint la situació de despersonalisació que estem patint, un adoctrinament constant i continu en les nostres escoles.
I s’ha d’afegir que, encara que la llei arreplegara totes les reivindicacions de les entitats valencianistes, dita llei pot ser perfectament derogada en majoria absoluta, puix per a blindar-la s’hauria d’acometre una reforma en profunditat de l’Estatut d’Autonomia per a incloure en el mateix el seu contingut.
Un diputat del PP, fa pràcticament un mes, declarà al diari Las Provincias que l’homologació es duria a terme en la següent llegislatura, si el PP seguia governant la Generalitat, lo qual constituïx un autèntica mostra de chantage electoral al votant valencianiste, puix no denota un interés real per resoldre un problema que afecta greument a l’idiosincràsia de la societat valenciana.
I no podem tindre constància d’eixe interés real quan en novembre de 2014 es va produir el fet de que el conseller Santamaria no prestara ni la més mínima atenció a les esmenes que les entitats valencianistes li vàrem presentar. Dit acte féu que, les entitats valencianistes, retiràrem el recolzament a dit proyecte de llei.
En definitiva, el temps de jugar en les ilusions dels valencianistes s’ha acabat, els valencianistes no esperem ya res de lo que vinga del Partit Popular.
Ayer nos levantamos con la noticia del supuesto interés del Partido Popular al intentar poner un parche a todo el entramado pancatalanista que revolotea en el entorno cultural, social y educativo que vivimos los valencianos día a día.
Creemos que hacemos bien en llamarlo parche, pues el contenido de las enmiendas añadidas al Proyecto de Ley de Señas de Identidad del Pueblo Valenciano no es más que una redacción muy ambigua en la intención de hacer creer al electorado valencianista que en esa ley volverán a ser oficiales los títulos de lengua valenciana de Lo Rat Penat y de la Real Academia de Cultura Valenciana, títulos que ya fueron oficiales en 1982 y que la acción catalanizadora y anexionista de la política ciscariana se encargó de derogar, imponiendo el catalán en el sistema educativo valenciano por la vía de los hechos.
En todo ese recorrido, los mismos que, no solo mantuvieron la política socialista de catalanización, sino que además completaron la faena e introdujeron el catalán por la vía del derecho creando la AVL en 1998, y ignominiosamente blindándola en la reforma del Estatuto de Autonomía de 2006 a cambio de la concesión por parte del PSOE de la famosa Cláusula Camps, son lo que una vez más, cuando llegan las elecciones, se vuelven a vestir en el falso vestido de la valencianía, prometiendo una ley que saben que va a ser derogada con la entrada del Tripartido pancatalanista en la Generalitat Valenciana, una ley que no oficializa los títulos de insignes instituciones que, desde hace más de 100 años, vienen vertebrando y construyendo la Patria Valenciana a través de su acción cultural en defensa del valenciano, pues eso es lo que hace la RACV y Lo Rat Penat.
El Excelentísimo Señor Presidente de la Generalitat Valenciana sabe perfectamente que si tuviera intencionalidad política, los títulos de lengua valenciana en Normas del Puig estarían oficializados mañana en la adopción de un Decreto del Consell que recogería tal oficialización. Es más sabe también que si su partido no hubiera utilizado a los valencianos como moneda de cambio para facilitar la gobernabilidad del Sr. Aznar, ahora no estaríamos padeciendo la situación de despersonalización que estamos padeciendo, un adoctrinamiento constante y continuo en nuestras escuelas.
Y se ha de añadir que, aunque la ley recogiera todas las reivindicaciones de las entidades valencianistas, dicha ley puede ser perfectamente derogada en mayoría absoluta, pues para blindarla se habría de acometer una reforma en profundidad del Estatuto de Autonomía para incluir en el mismo su contenido.
Un diputado del PP, hace prácticamente un mes, declaró al diario Las Provincias que la homologación se llevaría a término en la siguiente legislatura, si el PP seguía gobernando la Generalitat, lo cual constituye una auténtica muestra de chantaje electoral al votante valencianista, pues no denota un interés real para resolver un problema que afecta gravemente a la idiosincrasia de la sociedad valenciana.
Y no podemos tener constancia de ese interés real cuando en noviembre de 2014 se produjo el hecho de que el Conseller Santamaría no prestara ni las más mínima atención a las enmiendas que las entidades valencianista le presentaron. Dicho acto hizo que las entidades valencianistas retiraran el apoyo a dicho proyecto de ley.
En definitiva, el tiempo de jugar con las ilusiones de los valencianistas se ha acabado, los valencianistas no esperamos ya nada que venga del Partido Popular.
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