Si el 24 de maig va ser un dia feliç perque el poble valencià va decidir traure de les nostres institucions als que varen balafiar els nostres diners, este passat dissabte 13 de juny ha segut un dia trist perque l’unió dels que varen perdre dites eleccions, li han donat el govern de la nostra ciutat a un comuniste convençut trufat de catalanisme.
Un personage que va fer us de la seua posició en l’Universitat de Valéncia per a adoctrinar als seus alumnes en el catalanisme més ranci i que, a lo llarc de molts anys, ha segut defensor de les tesis comunistes afiliat a partits escorats a l'esquerra més radical.
Hui, ya no podem més que pensar en el passat, en les coses que el valencianisme no ha sabut fer, en si molts se varen vendre al partit que estava en el Govern per un cadirot o si l'orgull dels restants ha fet d'un partit, una divisió de molts que no han sabut juntar-se ni per a fer-se la foto d'unió per a lo bàsic. Hui la realitat és una atra. Un partit format per partits que per separat no els volia ningú, nos governarà els pròxims 4 anys duent-nos a la nova era del “País Valéncia'”, una província dels “Països Catalans” governada per polítiques comunistes.
Els valencianistes no hem sabut deprendre dels que hui han aplegat dalt, hem perdut molt de temps parlant de les nostres Senyes d’Identitat sense donar-li la mateixa importància als problemes que realment estaven en el carrer i que la gent necessitava escoltar: la corrupció, el balafiament, la desocupació, l’educació, la sanitat … deixant als partits d’esquerres pancatalanistes els amos de la denúncia, com si als valencianistes no nos importara, com si no poguérem denunciar lo que ells estaven denunciant.
I això és lo que han fet els que ara estan ahí, deixar el discurs de les nostres Senyes a banda sabent que no és lo més preocupant, perque la gent lo que vol és a polítics que siguen una alternativa als que tan malament nos han estat governant, que tinguen empatia en els problemes més allà de les posicions de cada u, que estiguen en els que tots els dies 3 de cada més es manifesten en la plaça la Reina perque estan avergonyits de cóm es va tancar l’accident de metro, que vagen a l´horta a defendre a tots eixos agricultors que pensaven llevar-se del mig en un pla que no tenia sentit, en la gent del Cabanyal (en uns i en atres), en el vergonyós tancament de RTVV o en els jóvens, que volen solucions als seus problemes i als que només pareix entendre-los l’esquerra.
Poden haver partits de dreta, o de centre, o d’esquerra , que defenguen la Real Senyera, la llengua Valenciana i les nostres tradicions, pero lo primer és lo primer, i si volem fer valencianisme hem de defendre lo que nos ha de portar a ser una regió que siga l’enveja del restant del món, prenent eixemple de lo que ya fa sigles fórem per a mirant al futur en orgull recordant que el passat recent no l’hem sabut gestionar.
Aixina i tot, respectant lo que els valencians han volgut, a soles queda desijar molta sorts als que nos han de governar, perque nosatros volem lo millor per a la nostra terra. Perque encara que la crítica naix del nou alcalde del Cap i Casal, estes raons també han donat un pacte del mateix color per al Govern de la Comunitat Valenciana.
¡¡Per sempre Vixca Valéncia!!
Walter Moncho
Si el 24 de mayo fue un día feliz porque el pueblo valenciano decidió sacar de nuestras instituciones a los que despilfarraron nuestro dinero, este pasado sábado 13 de junio ha sido un día triste porque la unión de los que perdieron dichas elecciones , le han dado el gobierno de nuestra ciudad a un comunista convencido trufado de catalanismo.
Un personaje que hizo uso de su posición en la Universidad de Valencia para adoctrinar a sus alumnos en el catalanismo más rancio y que, a lo largo de muchos años, ha sido defensor de las tesis comunistas afiliado a partidos escorados al izquierda más radical.
Hoy, ya no podemos más que pensar en el pasado, en las cosas que el valencianismo no ha sabido hacer, en si muchos se vendieron al partido que estaba en el Gobierno por un butacón o si el orgullo de los restantes ha hecho de un partido, una división de muchos que no han sabido juntarse ni para hacerse la foto de unión para lo básico. Hoy la realidad es otra. Un partido formado por partidos que por separado no los quería nadie, nos gobernará los próximos 4 años llevándonos a la nueva era del "País Valencia", una provincia de los "Países Catalanes" gobernada por políticas comunistas.
Los valencianistas no hemos sabido aprender de los que hoy han llegado arriba, hemos perdido mucho tiempo hablando de nuestras Señas de Identidad sin darle la misma importancia a los problemas que realmente estaban en la calle y que la gente necesitaba escuchar: la corrupción , el despilfarro, el desempleo, la educación, la sanidad ... dejando a los partidos de izquierdas pancatalanistas los dueños de la denuncia, como si a los valencianistas no nos importara, como si no pudiéramos denunciar lo que ellos estaban denunciando.
Y eso es lo que han hecho los que ahora están ahí, dejar el discurso de nuestras Señas aparte sabiendo que no es el más preocupante, porque la gente lo que quiere es a políticos que sean una alternativa a los que tan mal nos han gobernado, que tengan empatía en los problemas más allá de las posiciones de cada uno, que estén con los que todos los días 3 de cada mes se manifiestan en la plaza la Reina porque están avergonzados de cómo se cerró el accidente de metro, que vayan a la huerta a defender a todos esos agricultores que pensaban quitarse de en medio con un plano que no tenía sentido, con la gente del Cabanyal (con unos y con otros), con el vergonzoso cierre de RTVV o con los jóvenes, que quieren soluciones a sus problemas y a los que sólo parece entenderlos la izquierda.
Pueden haber partidos de derecha, o de centro, o de izquierda, que defiendan la Real Senyera, la lengua Valenciana y nuestras tradiciones, pero lo primero es lo primero, y si queremos hacer valencianismo debemos defender lo que nos debe llevar a ser una región que sea la envidia del resto del mundo, tomando ejemplo de lo que ya hace siglos fuimos para mirando al futuro con orgullo, recordando que el pasado reciente no lo hemos sabido gestionar.
Así y todo, respetando lo que los valencianos han querido, sólo queda desear darle mucha suerte a los que nos han de gobernar, porque nosotros queremos lo mejor para nuestra tierra. Porque aunque la crítica nace del nuevo alcalde del Cap i Casal, estas razones también han dado un pacto del mismo color para el Gobierno de la Comunidad Valenciana.
¡¡Por siempre Viva Valencia !!
Walter Moncho
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