El procedimiento para el cambio de denominación de municipios está regulado en la Ley de Régimen Local de la Comunitat Valenciana, norma que establece que la modificación debe ser aprobada por decreto del Consell a instancias de la corporación municipal, mediante el acuerdo plenario adoptado por mayoría absoluta y previo informe favorable de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, como indica el artículo 7b de su Ley de Creación: "Fijar, a solicitud de la Generalitat las formas lingüísticamente correctas de la toponimia y la onomástica oficial de la Comunidad Valenciana, para su aprobación oficial".
Una vez más, gracias al PPCV y a su AVL, nos encontramos con la catalanización ortográfica de los topónimos tradicionales valencianos, entre cuyas aberraciones encontramos:
Aielo de Malferit por Ayelo de Malferit
Aielo de Rugat por Ayelo de Rugat
Alboraia por Alboraya
Albuixec por Albuixech
Aldaia por Aldaya
Aldaia por Aldaya
Alfarb por Alfarp
Alcalà de Xivert por Alcalà de Chivert
Alcoi por Alcoy
Barx por Bàrig
Bell-lloc por Benlloch
Bellreguard por Bellreguart
Beniatjar por Beniajar
Benifaió por Benifayó
Betxí por Bechí
Bicorb por Bicorp
Elx por Elig
Fageca por Facheca
Foios por Foyos
Foios por Foyos
Llombai por Llombay
Gaianes por Gayanes
Llutxent por Lluchent
Montcada por Moncada
Montixelvo por Montichelvo
Novetlè por Novelé
L´Orxa por Lorcha
Orxeta por Orcheta
Poble Nou de Benitatxell por Poble Nou de Benitachell
Rotglà i Corberà por Roglà i Corberà
Montroi por Montroy
Montserrat por Monserrat
Torís por Turís
València por Valéncia
Vall d´Uixó por Vall d´Uxó
Vall d´Uixó por Vall d´Uxó
Vilamarxant por Vilamarchant
Xilxes por Chilches
Xert por Chert
Xiva por Chiva
Torre-Xiva por Torre-Chiva
Xirivella por Chirivella
Xodos por Chodos
Desde Círculo Cívico Valenciano, anteponiendo nuestra insumisión a los dictados y normas de la AVL como ente político catalanizador que la consideramos, y dejando patente que seguiremos utilizando las denominaciones que corresponden a la tradición netamente valenciana, exigimos que se nos justifique, UNO A UNO, los motivos, bases y estudios que fundamentan estas nuevas, que, en nuestra opinión, se alejan de la costumbre y pauta de uso real, rehuyen la tradición lexicográfica y oral valenciana, y alienan en clave ortográfica catalanista.
No consideramos estas 40 denominaciones, así como la traducción de los topónimos de las poblaciones de las áreas castellanoparlantes, en absoluto científicos ni acordes con el enunciado del artículo 3 de la Ley de Creación de la AVL, que establace como función de la academia "velar por el valenciano partiendo de la tradición lexicográfica, literaria, y la realidad lingüística genuina valenciana".
Nos produce gran desazón el observar la ignorancia o mala fe del del Director General de Administración Local de la Conselleria de Presidencia, Vicente Saurí, cuando subraya “la importancia de impulsar la preservación de las señas de identidad de la Comunitat y de respaldar a los municipios en la defensa de su identidad cultural, con las miras puestas además en el fomento del uso del valenciano”, al tiempo que su partido y Consell deposita estas funciones en una entidad como la AVL.
Por último, destacar que, según la Ley de Régimen Local, todos aquellos cambios toponímicos que ya se han producido, han sido aprobados en algún momento por mayoría absoluta en cada uno de los respectivos plenos municipales, en los que el "valencianísimo" Partido Popular ha cedido al cambio y ha permitido el avance del proceso de catalanización hasta en el más recóndito pueblo del Reino de Valencia. Y eso se llama traición.
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